Los puentes para el control automático cubren todo el carril. Cuando un vehículo pasa por debajo, comprueban si este está sujeto al pago de peaje y si lo ha abonado correctamente. Todos los vehículos que se acercan al puente de control son detectados mediante una unidad de detección y seguimiento. Para poder realizar una clasificación exacta, se registra por qué carril y a qué hora exacta pasa el vehículo por el puente. Además se crea una fotografía general y otra de la matrícula.
Mediante un escaneo tridimensional durante el paso por el puente, se determina si el vehículo está sujeto al pago del peaje, es decir, se verifica si tiene un peso máximo total de al menos 7,5 toneladas. Si no existe obligación de pago del peaje, estos datos se borran inmediatamente.
A través de DSRC (comunicación de corto alcance por infrarrojos), el puente comprueba si el vehículo participa en el procedimiento automático y si los datos que ha indicado el cliente son correctos (por ejemplo, el número de ejes). Si este es el caso, los datos de la imagen y del sensor se borran. Con fines de control de calidad de los equipos, a Toll Collect se transfieren otros datos de control de la comunicación entre el puente y el equipo del vehículo.
Si el vehículo no participa en el procedimiento automático, el puente de control verifica mediante la matrícula si Toll Collect cuenta con un registro manual o con una inscripción para la exención del peaje. Este proceso dura tan solo unos segundos. Para poder acreditar el posible uso múltiple del registro manual, los datos de registro permanecen disponibles hasta 24 horas para realizar una nueva comparación. En caso de sospecha de infracciones en cuanto al peaje, los datos se transfieren a Toll Collect para investigar las circunstancias.
Los controladores de la Oficina federal del transporte de mercancías (BAG) pueden realizar controles fijos en los puentes de control y, en caso de sospechar una infracción, desviar a los vehículos y pararlos.